volvió al otro día en una tasa de café
en una sonrisa tierna
en una mirada perpleja
en el canto que se deja
detrás de una pequeña puerta.
El amor llegó de improviso en la palabra suelta
que graciosa salió de unos labios
cándidos e inquietos
ligeros y bellos
inocentes y tiernos
entre risas y frases sueltas
El amor apareció en medio de un sueño sentido
que doblegó al mendigo
que juntó las manos
que trajo la alegría
cuando el sueño se hizo vida
El amor llegó en los sones de una guitarra
que unas manos mágicas, traviesas, zalameras
dejan en el corazón de los viajeros
en sellos de lienzo
en recuerdos inéditos
en festejos cuando invade el invierno.
El amor llegó después que todo se deshizo
en una travesura que silencio el alma
de mentes perplejas
de lágrimas sueltas
en noches de vela